martes, 29 de enero de 2013

Contigo aprendí

Hay veces en que simplemente ocurre... 

Te encuentras en el sitio de siempre, haciendo lo que haces cada día: viendo la tele, conduciendo, cocinando, montando en bici o incluso estando con amigos tomando unas cañas, y de repente pasa... hay algo que hace click dentro de ti, algo que te hace cambiar tu forma de verlo todo, de pensar, de actuar... aunque no sabes dónde ocurre ese click exactamente: en tu cabeza, en tu estómago, en tu corazón... y te das cuenta de cómo son las cosas en realidad... Te das cuenta de que esa persona que apareció en tu vida sin hacer apenas ruido, ésa que en un principio parecía no tener nada que te llamara la atención pero a la que no podías dejar de buscar, te enseña algo... y tú tienes más ganas que nunca de aprender, y te hace darte cuenta de muchas cosas que ni siquiera sabías que existen...

Te das cuenta de que vivir no consiste sólo en respirar, de que esas sonrisas tontas y permanentes existen de verdad, que no son una leyenda urbana, te das cuenta de que se pueden tener ganas de gritarle al mundo que te sientes feliz y que no puedes callarlo por más tiempo, de que se pueden tener tantas ilusiones como un niño pequeño la noche de reyes, te das cuenta de que todo el tiempo del mundo se queda corto para vivirlo a su lado, de que lo que más te importa es hacerla feliz, porque de ese modo tú también consigues serlo, de no querer otros labios, otras manos, otro tacto que el de su piel, te das cuenta de que cuando la miras a los ojos el resto del mundo os sobra y desaparece, de que no puedes esconderle nada aunque quisieras porque sientes la necesidad de contárselo todo, de compartirlo todo, te das cuenta de que su sonrisa es el bálsamo que te hace olvidarte de todos los problemas, de que esa sonrisa con esas arruguitas en los ojos te llena tanto que no son necesarios ningún gesto o palabra, de que no puedes imaginar la vida sin ella y también te das cuenta de que no sabes cuándo ocurrió eso... Podría seguir diciendo muchas cosas más, pero en definitiva, de lo que te das cuenta es de que esa persona que llegó a tu vida sin hacer ruido, al final ha resultado ser un huracán y que, como ocurre con todos los huracanes, su paso deja una huella en tu corazón, en tu cabeza, en tu piel... que nunca se podrá borrar.


De Buenos Días Presiosa: "Llegaste a mi vida para convertirte en ella".


2 comentarios:

Me encanta que me escribas, sigue haciéndolo. Gracias =)