lunes, 8 de julio de 2013

Hasta siempre

Se acabó.

Como algunos ya sabéis, llevo tiempo pensando en cerrar el blog. Hasta ahora no lo había hecho por los poquitos que me seguís, a los que ni siquiera conozco en persona o ésos que ni siquiera me ponéis cara.

Creo que no puedo decir adiós sin dar una explicación, y es que este blog empezó en una etapa de mi vida en la que todo estaba bocabajo, todo era un completo caos y necesitaba desahogarme de algún modo, por eso, se me ocurrió escribir para contar a la gente cómo me sentía y, si era posible y alguien se encontraba en mi misma situación, hacerle ver que todos nos sentimos así de vez en cuando. Ahora mi vida ya no tiene nada que ver con la de hace un año, y no veo motivos para seguir con esto. Además, últimamente, en lugar de ayudarme, lo único que está consiguiendo es que me dé cuenta de que éste no es mi camino. Hay personas que sirven para esto y personas que no, y yo considero que soy del grupo de las segundas. Dejo muchas cosas en el tintero, pero se merecen ser bien contadas y yo no soy capaz de eso.

A todos los que me habéis hecho especial la estancia en este blog, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS. Os digo adiós con lágrimas en los ojos y me llevo una parte de cada uno de vosotros conmigo.

Hasta siempre.
Julia Caracola.

Paulo Coelho: "El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día".


Whatspapá

Mi padre progresa adecuadamente con el WhatsApp. La comunicación por este medio se ha vuelto más que habitual, e incluso diría que ha llegado a ser la única vía por la que conversamos últimamente...

Que estamos sentados a la mesa y quiere que le pase la sal, piticlín que te crió; que se le acaba el papel higiénico, me manda una foto del rollo pelao; que un compañero le envía un chiste, copy-paste al canto; que tengo que llevarlo en coche, me manda su ubicación, no vaya a ser que no encuentre mi casa desde la cochera...

Ahora ha descubierto los grupos, y ha creado uno llamado "Familia", en el que sólo estamos él y yo, se ve que el hombre no tiene bastante con tener un chat abierto conmigo, aunque él se empeña en decir que es para cuando mi madre tenga WhatsApp añadirla, cosa que me resulta, cuando menos, coomplicada, porque mi madre no se lleva bien ni con los SMS...

La última novedad es que ha descubierto la existencia de un botón que cuando lo pulsa, aparecen muñequitos... y ya no recibo ni un sólo mensaje sin su correspondiente emoti: con el de la sal, me manda el de la flamenca con la bata roja, supongo que por aquello del salero; con el del chiste, el que se ríe a carcajadas hasta que se le saltan las lágrimas, aunque ni tenga gracia ni ná; el mensaje para recogerlo va acompañado del correspondiente dibujito del coche, y con el del papel higiénico creo que no tengo que decirlo (pista: es marrón y tiene ojos saltones).

Miedo me da cuando descubra que puede grabar vídeos... no quiero pensar en lo que me mandará en lugar de la foto del rollo pelao... o del escato-emoti...


viernes, 28 de junio de 2013

Historias de la Alameda

¡Por fin ha llegado el día! (no, el viernes no...bueno, que también): hoy Historias de la Alameda presenta oficialmente su libro, ese libro que muchos de sus seguidores, si no todos, estábamos deseosos de que viera la luz. No puedo imaginar cómo se siente hoy, si está nervioso o acelerado o si lleva la procesión por dentro...

Pero más que eso, quiero pensar en su expresión cuando tenga por primera vez en sus manos el resultado de más de un año de trabajo. Imagino una mirada llena de ilusión y satisfacción por lo que sabes que está bien hecho... y por lo que sabes que está por venir... 

Porque sé que no le va a faltar gente en la ExtraVagante, porque sé que todos los que allí se encuentren, estarán rebosando orgullo y presumiendo de amigo, vecino, familiar o pareja, y porque también sé lo importante que va a ser para él ver a toda su gente reunida en su honor, disfrutando de ratos de agustismo botellín en mano, dejando de lado por un rato las obligaciones para dar paso a la vida golosa hasta las tantas, y finalmente, acabar guarníos... Pero lo mejor no serán esas horas, lo mejor serán los recuerdos que le quedarán a todos los presentes, y por supuesto a Quike, que seguro que acabará escribiendo uno de sus maravillosos estados para contarnos a los que no pudimos asistir, cómo se vivió el estreno.

Seguro que todo le va genial, no puede ser de otra forma...


jueves, 27 de junio de 2013

Tirar la toalla

Hay veces en que uno se levanta con la sensación de que ya no puede más, de que es hora de tirar la toalla y dejar de seguir intentándolo, de que ya no tiene sentido luchar por eso que creías querer... y digo creías, porque si abandonas es que no lo quieres realmente.

Ayer fue uno de esos días para mí. Ayer decidí muchas cosas que llevaban bastante tiempo rondándome la cabeza. Decidí dejar de luchar por eso que tanto me gustaba desde que era una niña pequeña: escribir. Decidí que no valía la pena seguir intentando hacerme un hueco entre tanto bloguero que hay en la red y cuyo número de seguidores y respuestas es mayor que el de éste. Decidí que ya no tenía ilusión por escribir ese libro que tengo pendiente desde los diez años, que ya estaba bien de publicar entradas en las que nunca tenía nada nuevo que decir, decidí que la etapa de bloguera/escritora para mí, se había terminado.

Y entonces me puse a pensar en cómo escribir la entrada para despedirme de todos vosotros... y en todo lo que iba a dejar atrás si abandonaba esto que un día se convirtió en mi mundo, en mi diario, en mi historia. Aquí se encuentran plasmados los mejores y peores momentos del último año de mi vida, aquí se encuentran mis lágrimas y mis carcajadas, mis sorpresas e ilusiones e incluso mis intimidades... Y llegué a la conclusión de que no vale la pena abandonar algo en lo que crees, que da igual si vales o no para ello, pero que si te gusta debes intentarlo, aunque encuentres mil piedras en el camino, aunque cueste apartarlas, aunque a veces no sepas de dónde sacar las fuerzas... porque si lo necesitas, es mejor tomarte un tiempo de descanso para recargar las pilas, y a fin de cuentas, no importa las veces que te caigas, sino las que seas capaz de levantarte.

Paul Ambroise Valéry: "Las obras no se acaban, se abandonan".



martes, 18 de junio de 2013

Límites

"Todo tiene un límite". Es una de las verdades universales y una de las mentiras más grandes que me he echado a la cara...¿Acaso tiene límites la tontería humana? ¿y la ilusión de un niño? ¿y la mierda que se puede acumular debajo del frigorífico?... Y los sentimientos...¿también tienen límite?

Yo pensaba que no podía sentir nada nuevo al mirarle a los ojos. Cuando me perdía en el brillo de su mirada se me ponían los vellos de punta y me olvidaba del resto del mundo, de mis problemas y mis preocupaciones, sólo acudían a mi cabeza los buenos momentos vividos, las ilusiones que quería hacer realidad con él, los sueños comunes y los que todavía ni le he confesado... me emocionaba tanto al ver lo que sus ojos me contaban sin hablar, que hasta se me saltaban las lágrimas... y me ponía a llorar como una niña pequeña, y entonces era cuando él se acercaba a mí con gesto tierno y me preguntaba: "¿qué te pasa?, bichito", mientras me acariciaba la mejilla y besaba mis lágrimas. Al final acababa llorando aún más, con la cara enterrada en su pecho, mientras él jugaba con mi pelo haciéndome rosquitos...

Ayer tarde volví a perderme en su mirada, pero no era lo mismo. No tenía nada que ver con lo que sentía antes... y es que me parece imposible descubrir cada día algo nuevo, algo que me hace flotar, que me hace perder la consciencia de todo y tener la sonrisa tonta en la cara. Aunque ahora que lo pienso... también podía ser el efecto del porrito de la tarde...

De Arthur C. Clarke: "La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible".


martes, 30 de abril de 2013

Operación bikini

Me he decidido, ya no pasa ni un día más, al fin y al cabo, tenía que llegar tarde o temprano... Hoy empiezo la operación bikini. Me he puesto a dieta, y no la del cucurucho precisamente (bueno, cambiemos "precisamente" por "exclusivamente"). En fin, como iba diciendo, estoy oficialmente a dieta, me he propuesto perder unos kilitos para sentirme mejor conmigo misma, y como la idea de ir al gimnasio o hacer jogging me da muchísima pereza, voy a reducir y controlar mi ingesta de alimentos... aunque un helaito sí que me comía yo ahora...

Como dicen que más vale malo conocido que bueno por conocer, he rescatado la dieta que me puso el endocrino cuando tenía once años, con la que me quedé encanijá perdía. Este régimen es de los que te permite comer lo que quieras, sólo tiene una pequeña pega, y es que no puedes comer nada que empiece por P, pero quien hace la ley, hace la trampa... Así que yo no comía pasta, sino espaguetis o macarrones, tampoco probaba el pan, sólo lo rellenaba con paté y desayunaba un bocadillo, y cuando me apetecía algo dulce no compraba pasteles, sino caracolas de chocolate. El problema de la dieta es que acabé un poco obsesionada con la P-letrita: dejé de patinar, tuve que echar al perro de casa, doné mis Pepe Jeans a la parroquia y nunca recogí los paquetes que mi abuela me mandaba por correo. Y ahora estoy pensando en cómo decirle a mi pareja lo de la dieta esta...




lunes, 29 de abril de 2013

Limones y perspectiva

Siempre he oído que cada uno cuenta la feria según le va y que todas las cosas dependen del prisma con el que se miren. En mi caso, el prisma se traduce en la circunstancia que me rodea, en la compañía.

Y es que parece mentira cómo puede llegar a cambiar una situación cuando estás acompañado de esa persona que consigue que todos los momentos sean únicos y especiales, cómo algo, que incluso no te gustaba, con ella es totalmente distinto, y te encanta... Fíjate si es especial su compañía, su apoyo, su "estoy aquí", que hasta consigue que recuperes la ilusión en algo que ya no la tenías, y no sólo la recuperas, sino que la coges con muchas más ganas porque ella está ahí, dándote ánimos, cogiéndote de la mano y apretándotela, diciéndote que está contigo para lo bueno y lo malo, que puedes contar con ella y que ahora es cosa de los dos...

Y da igual si en mi feria llovió y en la tuya no, y si el prisma con el que miras es un hexaedro y el mío un icosaedro, porque al final, todo esto de la perspectiva, no es más que una metáfora de las circunstancias que nos acompañan y nos condicionan cada día, lo que importa es tener ganas de que no se mojen los farolillos, y si a pesar de ello se mojan, sacar el niño interior que llevamos y dejarlo que disfrute haciendo figuritas con pasta de papel. Ya sabes, si la vida te da limones...


viernes, 26 de abril de 2013

Trasteando...

Yo no soy desordenada, es que guardo las cosas y no me acuerdo dónde, pero desordenada, no... Sí que es verdad, que el hecho de tener cincuenta pares de zapatos guardados en tres sitios diferentes, hace que haya encontrado esta mañana esas botas con vueltas de lana que tanto me gustan, y resulta que mi gorrito para el invierno no se lo presté a mi madre después de todo, y al final tampoco me habían robado los patines...

Y es que, aunque no soy desordenada, tengo muchas cosas: mucha ropa, muchos zapatos, muchos complementos, muchos abrigos, muchos papeles... y mucho sitio donde guardarlo todo y claro, ahí empiezan los problemas... Para más inri, soy un poco urraca, que no Diógenes, como dice mi madre, lo que pasa es que hay que saber aprovechar las oportunidades que se te presentan: como ese espejo de cuerpo entero que encontré en el contenedor y que quedaba estupendamente en mi estudio, o el tambor de aquella lavadora para guardar las patatas y las cebollas,... pero lo de urraca viene por otro lado, y es que me gusta guardar las entradas de cine, aunque con el paso de los años se haya borrado la tinta y no sepa de qué película son, o los tickets de la compra de regalos, incluyendo los de recién nacidos que ya tienen espinillas, o incluso, el plástico de pompitas de embalar, por si acaso me hace falta alguna vez para algún invento... Porque eso de que cuando tiras algo es cuando te hace falta, es una verdad como un templo, así que yo no tiro nada y recojo lo que podría necesitar alguna vez...

A mi madre eso no le hace mucha gracia, lo peor es cuando se le cruzan los cables y me dice que ordene mi cuarto (o peor, mis cosas, porque al menos mi cuarto se reduce a una habitación), me paso el día entero moviendo de un lado a otro, un batiburrillo de lo que para ella son trastos... y claro, ya que saco un álbum de fotos, me pongo a verlas, ya que encuentro una carpeta con las cartas de mis antiguos novietes, me pongo a leerlas, ya que encuentro el vibrador... Bueno, os dejo que tengo que seguir ordenando mi cuarto...


lunes, 22 de abril de 2013

Mi Grey particular

Estaba de pie, junto a la encimera, amasando los ingredientes del postre que estaba preparando, cuando sin previo aviso, sentí un delicado cosquilleo en la nuca, un sutil roce que me erizó la piel del cuello y que se extendió por todas mis extremidades. Cerré los ojos y noté la calidez de su presencia junto a mi oído, el contraste de un leve soplido de aire fresco, la humedad templada de su lengua y la prisión de sus incisivos alrededor del lóbulo de mi oreja. De repente, mis caderas se hallaron recorridas por sus manos, que buscaban sin prisa un atisbo de piel entre mi ropa, haciendo que me retorciera impaciente por sentir su suave tacto sobre la curva que dibujaba mi cintura y que tan loco le volvía. Cuando por fin nuestras pieles se pusieron en contacto, mi cuerpo cedió y quedé apoyada en la encimera, las piernas me temblaban mientras sus dedos se deleitaban en recorrer, con un rítmico vaivén, mi vientre y mi espalda; lo único que me mantenía en pie era la fuerza que él hacía mientras me aprisionaba entre su cuerpo y la encimera. Empezó a recorrer mi cuello despacio, con besos tenues y sosegados, el roce áspero de su barba de dos días me hacía estremecer mientras me atrapaba apretando su cuerpo contra mis nalgas y, poco a poco, sus labios dejaron paso a su lengua que, juguetona, me recorría, y ésta a sus dientes, que comenzaban a morder desesperados la piel de mi garganta, a la vez que sus manos me impedían mover la cabeza para mirarle o besarle. Me quitó la camiseta y su boca siguió paseándose por mi cuerpo, desesperada, primero los hombros y después la espalda, alternando el juego de su lengua, sus labios y sus dientes. Sentí un tirón y me vi libre del sujetador, de repente sus manos se encontraron en mi cintura y con un movimiento rápido me giró, quedándonos frente a frente, por fin podía besarle... pero no lo hice. Me sentía cada vez más excitada y la combinación del fuego que veía en sus ojos junto con su boca entreabierta, me hacían enloquecer, no bastaba un simple beso, ni siquiera uno apasionado, acerqué mi boca a la suya y mordí su labio inferior hasta que dio un leve grito de dolor, sus manos estaban en mi cintura y se turnaban acariciando mi espalda desnuda y apretándome contra él... 

Fue en ese momento cuando empezamos a devorarnos, cuando nuestros instintos más básicos afloraron, cuando su boca, como la de un niño pequeño, buscaba mis pechos, pero para morderlos hasta hacerme gritar, cuando arañé su espalda hasta dejarle las marcas de mis uñas y mordí sus brazos hasta que le salieron cardenales... fue en ese momento cuando la pasión que nos embargaba fue tal, que las caricias se quedaban cortas y los besos nos sabían a poco, tanto fue así, que las caricias se vieron convertidas en guantadas y zarpazos, y los besos en mordiscos...

Hoy me duelen los pezones y tengo el culo morao', las agujetas me matan y voy a tener que ponerme una camiseta de cuello vuelto, pero estoy deseando repetir...


martes, 9 de abril de 2013

Cómo cambia el cuento...

Esta mañana me he despertado con uno de esos días en que te da por reflexionar, y me he puesto a hacer un repaso de lo que es mi vida ahora, uno de esos días en los que te das cuenta de que, realmente, el tiempo pasa y no en balde...

No hace tanto, mi vida estaba encauzada, prácticamente resuelta: tenía buena relación con mis padres, novio desde que era adolescente, una casa recién comprada que estábamos reformando a nuestro gusto sin olvidarnos de los niños que queríamos tener, la carrera casi acabada y un empleo asegurado al terminar, tres sobrinos a los que adoraba, una familia política que me quería como si siempre hubiera formado parte de ellos... lo que ya he dicho, mi vida solucionada al fin y al cabo...

Los problemas empezaron cuando me di cuenta de que lo que estaba haciendo no era vivir, sino sobrevivir: ya no tenía esa sonrisa tonta que te sale cuando eres feliz, ya no existía ese brillo en mis ojos, ya no había temas de conversación ni nada que hacer juntos, ya no quería estar a solas con él porque acabábamos discutiendo, intentaba retrasar todo lo posible el momento de quedar para que las horas juntos fueran las menos posibles, le decía que teníamos que hablar, que las cosas no estaban bien... y él decía que eran tonterías mías... siempre eran tonterías mías... y fue entonces cuando me resigné y pensé que seguramente tenía razón, sólo eran fantasmas que veía yo... Hasta que apareció él...

Y descubrí que es posible despertar cada día con una sonrisa, y que ese brillo permanecía en mis ojos de forma perenne, y que reía con ganas como no lo había hecho nunca... fui consciente de que por primera vez en muchos años estaba dedicándome a vivir, que era feliz... Y también por primera vez, me replanteé cambiar las cosas, dejarlo todo atrás, y me di cuenta de que lo único que me daba pena dejar atrás era a los que hasta entonces habían sido mis sobrinos y que si daba el paso, dejarían de serlo... y lo dejé todo...

En un año, mi vida no tiene nada que ver con lo que era: no pasa un día en que no haya reído a carcajadas, no ha habido un sólo día que no haya merecido la pena... lo único que empaña esta felicidad, es la relación con mis padres, ya no me hablan apenas y no dejan de reprocharme todo esto, yo pienso que deberían alegrarse por mí, que deberían ser felices porque ya no vuelvo a casa cada día con los ojos hinchados de llorar... pero supongo que no se puede tener todo en la vida...


jueves, 7 de marzo de 2013

De personas y rarezas...


Hay días en que una se despierta rara y no sabe por qué, no sabe qué le ocurre. A veces se lo achacamos al día, otras a que nos hemos levantado con el pie izquierdo, en ocasiones le echamos la culpa incluso a las hormonas... Y sales a la calle y te sorprendes a ti misma deambulando sin rumbo fijo, mirándote los pies a cada paso que das, incluso cruzando de acera sin mirar... Y de repente, sin ningún motivo aparente, sin que ocurra nada especial, te das cuenta de qué es esa rareza que sientes, cuál es el sentimiento que tan bien escondido se encuentra dentro de ti... Y ahí está, delante de nuestras narices, sacándonos la lengua en un gesto burlesco, nuestra querida amiga NOSTALGIA.

Hoy me he despertado rara, apática, ausente, incluso algo tristona... No he tardado en darme cuenta de qué era lo que me ocurría... Y era eso, amigos. Hoy me he levantado nostálgica, echando en falta a personas que ya no están en mi vida, por una u otra razón, personas que no volverán a darme un beso en la frente o a pellizcarme las mejillas, personas con las que puede que me vuelva a encontrar, pero que torcerán la cara hacia otro lado, personitas a las que no volveré a ayudar con los deberes, con las que no volveré a jugar y que, seguramente se olvidarán de mí con el paso del tiempo, aunque yo nunca las olvide...

Hoy me he despertado nostálgica... Pero en días como éste, son las personas que sí están las que nos ayudan a salir de ese badén de tristeza, personas que nos quieren, personas a las que les importamos, personas que alegran nuestros días menos buenos, porque con personas como ellas no existen los días malos... Esas personas son personas talismán, personas amuleto, personas que son un tesoro en nuestras vidas, y da igual si eres supersticioso o no, da igual que hagas lo imposible por no derramar la sal, por no pasar por debajo de una escalera o por evitar romper un espejo. Todos tenemos a una persona así en nuestro día a día, lo importante es darse cuenta y cuidarla mucho, porque puede que mañana sea nuestra persona talismán la que se despierte rara...









viernes, 22 de febrero de 2013

Una carta para ti...

Hay tantas cosas que me gustaría poder explicarte... Recuerdos que remueven mil emociones, conversaciones plagadas de bromas, de sentimientos escondidos que afloraron irremediablemente a pesar de negárnoslos a nosotros mismos dejando a su paso sólo sinceridad, momentos de miradas esquivas que dejaron de serlo para convertirse en unos ojos que estaban hechos para encontrarse y no volver a apartar la vista de los otros, eso que no sabíamos que ocurría, pero en lo que ambos reparábamos cuando estábamos separados, gestos que nos delataban incluso cuando actuábamos como si nada ocurriera entre nosotros...

Y es que tengo momentos grabados a fuego, momentos en los que estamos tú y yo solos, y momentos en los que hay alguien más... Recuerdo los encuentros en el coche, recuerdo tenerte frente a mí, con el cuerpo de lado apoyado en el asiento del piloto, mirándome de una forma que no llegaba a comprender, recuerdo tus manos recorriendo mi mejilla, el tacto de tus dedos y mi reacción al sentirlos sobre mi piel, recuerdo que deseaba que el tiempo se parara y que no dejaras de acariciarme. Recuerdo las veces que callamos, las veces que nos mirábamos a los ojos sabiendo que en los del otro se escondía algo... las mismas veces que fingimos que nada estaba cambiando, que seguíamos besándonos haciendo como que no nos dábamos cuenta de nada, las mismas veces que nos decíamos a nosotros mismos que aquello sólo era un tiramillas. Recuerdo las primeras experiencias diferentes, los primeros días en que no hizo falta echarle un pulso al reloj, el simple hecho de compartir un almuerzo, dar un paseo por el centro, las diez horas que nunca acabarán o simplemente hablar claro, dejar de esconder lo que sentíamos...

No sabes cómo me hacer sentir cada vez que me dices que eres feliz conmigo, cada vez que me dices que soy increíble, no sabes lo que sentí cuando me dijiste que en las pocas fotos que tenemos juntos, sonríes más que en los últimos años, lo que sentí cuando me dijeron que no te veían tan ilusionado desde hacía tiempo, lo que siento al asomarme a tus ojos y ver lo que me dices con sólo una mirada, lo que siento cada vez que me dices "te quiero, bichito"... y es que no puedo escribir una lista con todos los momentos, palabras y sentimientos que tengo grabados en mí, porque entonces nunca acabaría... 

Y es que ahora me paro a pensar en cómo ha cambiado el cuento... En cómo antes, una cena juntos era algo impensable, pasear de la mano por la calle era una locura y dormir juntos, un imposible de manual... Y es que lo que me encanta de nosotros es que le damos importancia a las pequeñas cosas: a una cena sencilla preparada en diez minutos, a compartir las caladas de un cigarro, a charlar tranquilamente sin prisas, a pasear sin mirar a los lados, a poder besarnos donde, como y cuando nos apetezca, a tener una vida normal, a fin de cuentas...

Sé que no te digo nada nuevo con esta carta, sé que todo esto ya te lo he dicho antes y que lo sabes porque lo ves en mí, pero también sabes que tengo la necesidad de decírtelo de todas las maneras que se me ocurran, y hoy se me ocurrió ésta. Quizá mañana veas un avión con una pancarta diciendo todo lo que provocas en mí, pero eso ya es otra historia...

De Buenos Días Presiosa: "Porque una vida entera no es suficiente para amarte...".


lunes, 4 de febrero de 2013

¿Y si es real?

Anoche le prometí que haré todo lo que esté en mi mano para seguir escuchando sus carcajadas, su risa espontánea, para seguir viendo esa sonrisa en su boca y en sus ojos, para que siga siendo tan feliz como me dice siempre que es, para llenar su día a día de ilusiones, de inquietudes, de miradas para recordar, de momentos únicos, de besos, de caricias, de pequeños detalles, de simples gestos que transmiten un sinfín de emociones...

Su respuesta fue: "En tu mano está que siga soñando".

Y es que pasa que esto no es un sueño, pasa que ninguno de los dos va a despertarse una mañana con la sensación de que todo esto sea un vago recuerdo, ninguno va a abrir los ojos con el presentimiento de que nada de esto es real, ninguno de los dos va a temer pellizcarse por miedo a que la nube desaparezca, esta nube que nos tiene limerénticos, ataráxicos y, simplemente, locos perdidos...

Dicen que cuando sueñas y te despiertas, una forma de recordar lo que has soñado es ponerte a pensar en ello, quizá por eso somos el primer pensamiento del otro al abrir los ojos, para recordarnos que todo esto no es un sueño, para recordarnos que el otro estará junto al uno al despertar, que su carita dormida o su sonrisa de recién despierto será el primer momento del día que se quede grabado, lo que cargará la batería con la que afrontaremos la jornada... Y es que lo bueno de que todo esto no sea un sueño, es que nuestra vida es NUESTRA ahora, que seremos lo que queramos ser, que llegaremos hasta donde nosotros pretendamos llegar y como nosotros decidamos... Y es que él no puede imaginarse lo que siento cada vez que me dice "bicho" o "bichito", aunque me asuste por la ventana e intente tirarme al suelo, porque por esas cosas lo quiero más aún, por ser como es, por ser mi sueño...

Walt Disney: "No duermas para descansar, duerme para soñar. Porque los sueños están para cumplirse".


viernes, 1 de febrero de 2013

Días...

Hay días en que te despiertas y parecen uno más, un día normal y corriente, de ésos en que te levantas de la cama, desayunas y empiezas con tus quehaceres. Hoy tenía un día de ésos, hasta que una conversación con mi madre, de ésas que hay que tener tarde o temprano, me ha dejado algo triste... y es que imagino que no es fácil intentar hacer entender a una madre por qué se acabó una relación de nueve años y medio, por qué necesito su apoyo y por qué en casa muchas veces me siento como si fuera una extraña.

De cómo una relación que se adivinaba para toda la vida, acabó porque me demostraron que el orgullo era más importante que yo, de cómo mis padres piensan que es sólo una excusa y que el verdadero motivo es la llegada de otra persona a mi vida, una persona que en menos de seis meses me ha demostrado que soy lo primero para ella, de cómo existen asuntos pendientes que resolver con la que fue mi pareja y mis padres se encuentran en medio, de cómo me culpan por haber abandonado la que era mi existencia, y digo mi existencia porque lo que yo tenía entonces no era una vida, de cómo llego a casa cada día, después de salir, con miedo a no saber lo que me encontraré, a no saber dónde está el problema porque ni siquiera me lo explican, de cómo me siento cada vez peor al hablar con mi madre, de cómo acabo llorando y sin recibir el abrazo que necesito, de cómo siento que acabaré volviéndome loca si esto sigue así... Y es que en días así cuesta mucho hacer frente a determinadas conversaciones, a determinadas situaciones, y aunque no pasa un sólo día en que no piense en la que fue mi pareja, en cómo estará, en cómo le irá... hay veces en las que ese recuerdo duele mucho más, por muy feliz que sea mi vida ahora, y es que en realidad, el pasado nunca llega a ser tal cosa...

Lord Byron: "El recuerdo del gozo ya no es gozo; mientras que el recuerdo del dolor es todavía dolor".


martes, 29 de enero de 2013

Contigo aprendí

Hay veces en que simplemente ocurre... 

Te encuentras en el sitio de siempre, haciendo lo que haces cada día: viendo la tele, conduciendo, cocinando, montando en bici o incluso estando con amigos tomando unas cañas, y de repente pasa... hay algo que hace click dentro de ti, algo que te hace cambiar tu forma de verlo todo, de pensar, de actuar... aunque no sabes dónde ocurre ese click exactamente: en tu cabeza, en tu estómago, en tu corazón... y te das cuenta de cómo son las cosas en realidad... Te das cuenta de que esa persona que apareció en tu vida sin hacer apenas ruido, ésa que en un principio parecía no tener nada que te llamara la atención pero a la que no podías dejar de buscar, te enseña algo... y tú tienes más ganas que nunca de aprender, y te hace darte cuenta de muchas cosas que ni siquiera sabías que existen...

Te das cuenta de que vivir no consiste sólo en respirar, de que esas sonrisas tontas y permanentes existen de verdad, que no son una leyenda urbana, te das cuenta de que se pueden tener ganas de gritarle al mundo que te sientes feliz y que no puedes callarlo por más tiempo, de que se pueden tener tantas ilusiones como un niño pequeño la noche de reyes, te das cuenta de que todo el tiempo del mundo se queda corto para vivirlo a su lado, de que lo que más te importa es hacerla feliz, porque de ese modo tú también consigues serlo, de no querer otros labios, otras manos, otro tacto que el de su piel, te das cuenta de que cuando la miras a los ojos el resto del mundo os sobra y desaparece, de que no puedes esconderle nada aunque quisieras porque sientes la necesidad de contárselo todo, de compartirlo todo, te das cuenta de que su sonrisa es el bálsamo que te hace olvidarte de todos los problemas, de que esa sonrisa con esas arruguitas en los ojos te llena tanto que no son necesarios ningún gesto o palabra, de que no puedes imaginar la vida sin ella y también te das cuenta de que no sabes cuándo ocurrió eso... Podría seguir diciendo muchas cosas más, pero en definitiva, de lo que te das cuenta es de que esa persona que llegó a tu vida sin hacer ruido, al final ha resultado ser un huracán y que, como ocurre con todos los huracanes, su paso deja una huella en tu corazón, en tu cabeza, en tu piel... que nunca se podrá borrar.


De Buenos Días Presiosa: "Llegaste a mi vida para convertirte en ella".


miércoles, 23 de enero de 2013

Recuperando recuerdos...

"Cierro los ojos y nos veo a los dos aún en ese sofá, sin más ropa que una camiseta y acariciándonos mientras hablamos de lo divino y de lo humano.

Cierro los ojos y aún puedo sentir cómo mis dedos recorren tu piel, cómo se recrean en cada centímetro de tu cuerpo.

Cierro los ojos y aún puedo ver los tuyos clavados en los míos, con ese brillo que tienen cuando me miran, con esa expresión que tanto me dice y tanto me deja ver.

Aún te huelo, aún tengo tu tacto en mis manos y tu esencia en mi paladar, aún puedo verte sentada sobre mí, con los ojos entornados y mordiéndote el labio inferior… aún puedo sentirte, puedo escuchar tus gritos ahogados y tus gemidos, aún me llegan tu calor, tus besos y tus caricias… tus movimientos y mi sensación de estar flotando, de no saber si reír o llorar, de placer inmenso, de sentirme unido a ti, de que somos uno y no querer que eso acabe nunca…

Siento tus manos en mi espalda y siento tus uñas clavarse en ella… siento tus labios en los míos y cómo tus dientes atrapan mi lengua sin querer dejarla escapar… tus manos frías que poco a poco se van calentando… esa sonrisa amplia que me regalas mientras me haces volar… ese volvernos locos y querer comernos el uno al otro… ese no querer que el día acabara… esa lágrima tuya recorriendo mi mejilla…

Me gustaría no abrir los ojos en todo el día y seguir disfrutando de tu presencia, de todo lo que me das en todos los aspectos, de alargar las diez maravillosas horas de intimidad y normalidad que nos regalamos ayer… volver a comer medio desnudos y volver a tirarnos en el suelo a dejarnos llevar… volver a decirte una y mil veces que te quiero y que me vuelves loco… escucharte decir que nunca has sido tan feliz como hasta ahora… Y seguir con la sensación de que estamos viviendo un sueño… un sueño del que por mucho que nos pellizcamos no conseguimos despertar… y es que quizás no sea un sueño… quizás estemos disfrutando de lo más bonito que hayamos vivido nunca y nos cueste darnos cuenta… quizás estemos más que despiertos y nos dé miedo que todo esto se vaya tal como vino… sin avisar, como llegan las cosas buenas y como terminan los sueños…

Una vez más, gracias por todo lo que nos estamos regalando, gracias por darme la oportunidad de tenerte a mi lado y gracias por dejarme intentar hacerte ver todo lo que siento por ti y lo inmensamente feliz que me haces…

Eres increíble."

Recibí esta carta hace un par de meses, cuando llevaba una doble vida, cuando tenía que esconder la felicidad que sentía, cuando no podía pasear tranquilamente por la calle porque podría encontrarme con cualquier conocido, cuando nunca imaginamos que acabaríamos teniendo una vida juntos aunque nunca perdimos la esperanza... y esto es sólo el principio... 
 
Federico García Lorca: "El más terrible de todos los sentimientos es el de tener la esperanza muerta".


lunes, 14 de enero de 2013

No necesito más...

No hay nada malo en querer ser feliz... y en buscar la manera de conseguirlo, y en hacer lo posible para lograrlo, y en no dejar de luchar por lo que se quiere, ¿no?

Yo he luchado por lo que creía que me haría ser feliz, he peleado con uñas y dientes para dejar atrás una vida que no me llenaba, que me sumergía en la rutina, que me hacía sentir hastiada, que no me dejaba sonreír... pero me he dado cuenta de que estaba equivocada. 

Me he dado cuenta de que no soy feliz porque esté viviendo la vida que pensaba que quería llevar, me he dado cuenta de que soy feliz porque la persona a la que quiero, la que me tiene locamente enamorada, la que me ilusiona, la que me hace sonreír cada segundo, la que me tiene en una nube... es feliz conmigo, y lo quiere todo conmigo, y no quiere separarse de mí ni un sólo instante, y me incluye en todos sus planes y en todas sus ilusiones... y lo mejor de todo es que lo veo en sus ojos, no necesito que me lo diga con palabras porque el brillo de su mirada me revela lo que siente, y es que no podría escondérmelo aunque quisiera... Y ahora lo único que intento es seguir haciéndolo feliz porque no quiero que sea de otra forma, porque no podría ser de otra forma... y cualquier cosa con él me vale, lo mismo me da tomar una cerveza en cualquier sitio, ver una peli en el sofá, dar un paseo por el centro viendo los escaparates, hacer la compra para el almuerzo, ir a ver una obra de teatro, seguir engrosando la lista de cosas pendientes, sean cuales sean... y eso que hay cosas que siempre he odiado, cosas que nunca me ha gustado hacer... pero con él, eso no existe... 

Y ahora que por fin he entendido en qué consiste esto de ser feliz, lamento deciros que os tengo que dejar porque voy a ponerlo en práctica...

"La felicidad está en ti mismo, si logras encontrarla, harás feliz a muchos más".