lunes, 29 de abril de 2013

Limones y perspectiva

Siempre he oído que cada uno cuenta la feria según le va y que todas las cosas dependen del prisma con el que se miren. En mi caso, el prisma se traduce en la circunstancia que me rodea, en la compañía.

Y es que parece mentira cómo puede llegar a cambiar una situación cuando estás acompañado de esa persona que consigue que todos los momentos sean únicos y especiales, cómo algo, que incluso no te gustaba, con ella es totalmente distinto, y te encanta... Fíjate si es especial su compañía, su apoyo, su "estoy aquí", que hasta consigue que recuperes la ilusión en algo que ya no la tenías, y no sólo la recuperas, sino que la coges con muchas más ganas porque ella está ahí, dándote ánimos, cogiéndote de la mano y apretándotela, diciéndote que está contigo para lo bueno y lo malo, que puedes contar con ella y que ahora es cosa de los dos...

Y da igual si en mi feria llovió y en la tuya no, y si el prisma con el que miras es un hexaedro y el mío un icosaedro, porque al final, todo esto de la perspectiva, no es más que una metáfora de las circunstancias que nos acompañan y nos condicionan cada día, lo que importa es tener ganas de que no se mojen los farolillos, y si a pesar de ello se mojan, sacar el niño interior que llevamos y dejarlo que disfrute haciendo figuritas con pasta de papel. Ya sabes, si la vida te da limones...


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