miércoles, 25 de julio de 2012

Desengaño

No es bueno darse cuenta un día de que una persona es imprescindible para uno mismo. Darse cuenta de que si no se está en su compañía, no se es feliz, darse cuenta de que es imposible sonreír, ver lo bueno del día a día, hablar con normalidad,...pero lo peor de todo es darse cuenta de que se depende de esa persona, sentir que no se tiene nada en la vida, salvo a ella y que una sensación de vacío inunda el corazón cuando os separan metros, que parecen kilómetros, segundos que sugieren horas, sentimientos que imponen barreras, ... tan fuerte, tan cerca, pero tan lejos a la vez.

Con los años, me he dado cuenta de que no se debe querer a nadie más que a la vida propia, que no se debe amar a una persona tanto como olvidar quién se es, porque cuando ese alguien no puede estar junto a uno, la vida no sonríe, la vida duele, se esfuma, falla, se pierde, se muere estando lejos del amor, de ese amor que ilumina las noches de penumbra, que calienta el frío, que alegra las tristezas cotidianas, que alivia el dolor, ese dolor que desgarra un corazón enamorado que no tiene dueño, un dueño que lo proteja, lo cuide y lo ame todos los días de su existencia, un dueño que, cuando se marche, dejará morir a ese corazón con una simple palabra.

Pensaba que no había lágrimas más amargas que las del desamor, esas que nunca desaparecen, que siempre están ahí, visibles o invisibles, pero que se sienten dentro del pecho, dentro del corazón, dentro del alma, haciendo que los ojos escuezan, experimentando tal dolor que pareciera que nunca podríamos abandonar ese sentimiento, necesitando gritar para amainar el sufrimiento, para mitigar las dudas. Son esas dudas las que nos angustian, nos torturan, las que nos hacen preguntarnos si el amor entregado fue o no correspondido, las que desencadenan la pérdida de la confianza, esa confianza en todo aquello en lo que se creía, esa confianza en el mundo que se había creado de la nada a nuestro alrededor, ver cómo ese mundo se desmorona y se lo lleva el viento cuan castillo de arena seca en la playa. La soledad se vuelve la única compañía aceptable, las horas de comer se vuelven un calvario, el sueño es, a veces, un pequeño atisbo de cese para el sufrimiento, escasas horas en que la mente queda en blanco y el corazón consigue descansar. Las obligaciones se tornan una carga más pesada de lo que parece que se puede soportar, pero siempre se puede soportar.

Todo sería más fácil sin amor. Sin él no habría penas ni alegrías, ilusiones, decepciones, momentos románticos, desengaños, amarguras, sorpresas, ilusiones, sueños, locuras, rechazo, felicidad plena, sonrisas bobaliconas, mariposas en el estómago, silencios llenos de significado. La existencia sería más fácil, pero sólo haríamos eso, existir. No, se trata de algo más, se trata de vivir. El amor es algo efímero, su final puede hallarse más o menos cercano, pero existe, es seguro que llega, siempre lo hace, siempre con las mismas consecuencias: lágrimas, dolor, depresión quizá, hastío, apatía, aislamiento, intranquilidad... ¿es un sentimiento?¿un castigo?¿un pensamiento?¿una recompensa? Todos estos términos van unidos a lo largo de la historia de un amor, por ello es inevitable sufrir por esa realidad.

Con independencia de que se sea o no feliz, siempre se sufrirá, en el aire dejo la pregunta: ¿merece la pena enamorarse? Nadie lo evita, aunque todo el mundo conoce las consecuencias. Puede que se trate de locos, aventureros, románticos o, simplemente, seres humanos, ya que el amor es algo que no podemos obviar, que existe, que está ahí, en nuestras vidas, en nuestros sueños, nuestros pensamientos, nuestras inquietudes, es algo que no se puede evitar y toda persona conoce su huella.

Antes mencioné que pensaba que no había lágrimas más amargas que las del desamor. Es cierto, pensaba eso hace años. Ahora me he dado cuenta de que las lágrimas que más duelen son las que se lloran por amor.

Para esta entrada hay muchas frases célebres que vienen como anillo al dedo, no puedo quedarme sólo con una, elige la que más te guste.
"No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas". Paulo Coelho.
"Es tan corto el amor y es tan largo el olvido". Pablo Neruda.
"El que vive enamorado delira, a menudo se lamenta, siempre suspira y no habla sino de morir". Pietro Metastasio.
"En el amor todo ha terminado cuando uno de los amantes piensa que sería posible una ruptura". Paul Charles Bourget.





2 comentarios:

  1. 19 dias y 500 noches .(joaquin s.)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy buena canción. Llena de verdades como sólo Sabina sabe decirlas

      Eliminar

Me encanta que me escribas, sigue haciéndolo. Gracias =)