jueves, 27 de septiembre de 2012

Dientes, dientes

A veces la vida se pone juguetona, por llamarlo de alguna manera, a veces la vida nos pone a prueba y nos coloca en tesituras que nunca habríamos imaginado. Nos obliga a demostrar nuestra fuerza, nuestra confianza en nosotros mismos o hacia otras personas, nos exige más de lo que pensamos que podemos dar, nos oprime hasta tal punto, que sentimos el peso de una gran losa sobre el pecho, una losa que no nos deja respirar, que nos ralentiza, que nos va apocando con el tiempo, que nos apaga y nos convierte en una sombra de lo que éramos...

Un amor imposible, un amor improbable, una despedida, ya sea para marcharse del país o de este mundo, un desamor, una enfermedad..., cualquier situación difícil saca lo que de verdad hay en nosotros, lo que quizá, ni siquiera sabíamos que teníamos dentro, quizá eso que escondemos sea una fuerza hercúlea para levantar una moto que ha caído sobre un amigo accidentado, o el sacrificio de una madre o un padre para dar de comer a sus pequeños quitándose la comida de la boca, o estar al lado de ese familiar o amigo que sabes que pronto va a irse y no querer ni poder separarte de su lado para aprovechar hasta el último segundo que os quede juntos, o la privación de llevar una vida con quien realmente amas con tal de no hacer daño a nadie más... Y en estas situaciones nos hacemos los fuertes, aguantamos carros y carretas, enjugamos las lágrimas y sonreímos, decimos que estamos bien, que hay cosas más importantes, queremos pensar que las cosas no nos afectan tanto... pero nos afectan, y cuando anochece y nos quedamos solos es cuando realmente podemos ser sinceros, aceptar que lo estamos pasando mal, llorar hasta quedarnos dormidos del cansancio, gritar hasta quedar afónicos, hacernos un ovillo y protegernos del mundo exterior, quedarnos a solas con nosotros mismos, con nuestro dolor y nuestros pensamientos, con esa losa que nos oprime el pecho y sentimos que nos va matando poco a poco... Pero una vez más, amanece un nuevo día que no sabemos lo que nos tiene preparado y tenemos que levantar de nuevo ese muro, calzarnos nuestra mejor sonrisa y salir al mundo como si todo estuviera en orden. Por mi parte, creo que ya va siendo hora de dejar de practicar el "dientes, dientes" en esta vida loca y luchar por conseguir mi felicidad...

"Es más fácil disimular lo que se siente que fingir lo que no se siente".



2 comentarios:

  1. buenas.... eres una maquina¡¡.me encanta lo que escribes.hay momentos que pienso que estas describiendo mi vida.muchisimas gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, muchas gracias por tu comentario. Al final, gracias al blog, muchos estamos descubriendo que hay más gente en nuestra misma situación, a mí, personalmente, me está sirviendo como terapia =). Un saludo

      Eliminar

Me encanta que me escribas, sigue haciéndolo. Gracias =)