sábado, 1 de septiembre de 2012

Pa' fuera telarañas

Hoy llegué a la cochera para encerrar mi coche (para qué sino iba a ir a la cochera), cuando el vecino de la plaza de al lado salía a pie. Seguí mi ritual consistente en cuatrocientas maniobras porque el buen hombre lo deja siempre muy pegado a mi plaza, una vez que quedé contenta con el resultado de mi estacionamiento apagué el motor, quité las luces y me cambié al asiento del copiloto para poder salir del vehículo. Entre tanto, veo que mi querido vecino volvió a entrar y me hizo un gesto que no entendí, abrió la puerta trasera de su coche y sacó una sandía. En ese momento me paré a pensar la cantidad de cosas inservibles que almacenamos en el coche, me picó la curiosidad y empecé a bichear en el mío...¿Por qué lo haría?

Empecé por la guantera, lo primero que encontré fue una bolsa de chucherías abierta que caducó en 2005, la verdad es que ni su día estuvieron buenas, también salió una bolsa de toallitas húmedas, bueno, de húmedas tenían bien poco ya, y para acabar con la guantera, la caja vacía de un CD de Estopa. A continuación me puse a mirar en el espacio que hay delante de la palanca de cambios, no sabía yo que en un sitio tan pequeño podían caber tantas cosas: un llavero del desfile de reyes del año 2006, un vaso de plástico de chupito de la última anisada de la escuela, un tornillo (no sé si será mío o no), un paquete de chicles, un euro (de algo ha servido toda esta pesquisa), otro tornillo y un montón de tickets para lavar el coche en la máquina de la gasolinera (que por cierto lleva cerrada desde abril). Le llegó el turno al hueco que hay en la puerta del piloto y, por supuesto, no iba a ser menos, en él encontré una pulsera de goma de Amsterdam (yo nunca he estado en Amsterdam), el libro de instrucciones de la plancha del pelo (con lo que mi madre lo ha estado buscando...), un paquete de pañuelos y un bote de desodorante. Por último, y lo más temido, me puse con el maletero, nada más abrirlo me topé con las botas de tacón moradas de invierno que tanto estuve buscando por casa (no recuerdo haber llegado descalza), un par de rollos de papel higiénico de tamaño industrial, un tocho de apuntes más grande que el libro gordo de Petete, una bolsa para guardar CD's (ahí estaba el CD de Estopa), un jersey a medio deshacer con un ovillo de lana colgando (esto me habría venido bien para entretenerme en los atascos), papel de regalo con el logotipo de Galerías Preciados (¿qué será eso?), el ratón de un ordenador (no sé de quién), dos cajetillas de tabaco vacías, una botella de licor 43 casi gastada (no iba a tener tanta suerte..) y una jaula de hamster (no me lo explico).

Lo que más me desconcierta es que no tengo ni idea de dónde han ido a parar mis triángulos, mi kit de emergencia y los papeles del coche, sólo espero que ningún policía esté leyendo esto...


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