viernes, 7 de septiembre de 2012

Nada es igual

Hoy he vuelto a hacer algo que había dejado olvidado en las últimas semanas. He vuelto a recorrer ese camino que me llevaba a ninguna parte, simplemente porque sí, porque me ayudaba a despejarme, a desahogarme, a volver a casa como nueva. Un camino de apenas cinco kilómetros que me dejaba una hora y media o dos para poner mi cabeza en orden, para escuchar música sin interrupciones, para cruzarme con gente paseando en bici, en patines, andando, corriendo, para fumarme un par de cigarros, para soltar alguna sonrisa por el comentario de algún albañil de la obra que hay junto a la avenida, para oír parte de la conversación de algún extraño hablando por el móvil, para ver ese puente que tan bien conozco de lejos y de cerca, para recibir alguna llamada por sorpresa.

Hoy he vuelto a andar ese camino, pero nada ha sido igual. Las canciones que marcaban el ritmo de mis pasos han cambiado, la sensación al pasear era distinta, no iba pendiente de los coches que pasaban, no he conseguido poner en orden mi cabeza, no he disfrutado de la caminata, no he podido desahogarme, no he visto ese puente, no había gente, no he sonreído, no he llorado, no he podido pensar, no he estado pendiente del teléfono, no ha sonado, antes casi siempre sonaba, lo único que no ha cambiado ha sido el fumarme ese par de cigarros.

Si nada sigue siendo igual, ¿por qué me siento tan mal como antes? Me gustaría poder mirar hacia delante, incluso olvidarlo todo, como si nunca hubiera pasado. Es curioso, pero mientras escribo esto, sí puedo llorar, parece que después de todo no han cambiado tanto las cosas...

"Las cosas no cambian. Cambiamos nosotros". Henry D. Thoreau.
Quizá algún día pueda poner esta frase de Nelson Mandela en alguna entrada: "No hay nada como volver a un lugar que permanece sin cambios para descubrir cómo has cambiado tú".


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta que me escribas, sigue haciéndolo. Gracias =)