martes, 28 de agosto de 2012

Blade Runner

Para la mayoría, estas dos palabras significan el título una película de esas que tienes que haber visto por lo menos una vez en tu vida, un clásico de la ciencia ficción y madre (esto último seguramente me lo discuta alguien) de las de hoy en día. Es una de esas películas míticas que nadie puede perderse, como E.T, la historia interminable, el club de los poetas muertos, la lista de Schindler o Forrest Gump. Lo más probable es que tengas una lista de tus favoritas, de las que te hacen estremecerte, te ponen la piel de gallina, te traen recuerdos de la primera vez que las viste o simplemente, te gustan porque sí.

Para mí es el principio del fin de todo. Es un regalo que esconde una pequeña mentira, un regalo camuflado en forma de préstamo, algo que tenía que devolver, algo que me iba a permitir volver a tener una sonrisa, una ilusión porque volvería a verle, algo que haría que lo tuviera frente a mí de nuevo y disfrutar de su mirada, quizá de alguna caricia, disfrutar un rato de risas cara a cara, de sus ojos diciéndome quiero y no puedo, de jugar nerviosa con mis manos para no coger las suyas, de silencios llenos de pensamientos que los dos conocíamos... Para mí es una despedida que me costaba la misma vida llevar a cabo y en la que reculé a última hora, una situación en la que la gente habló por hablar y en la que todo empezó a ser difícil, una situación que nos hizo sentir culpables sin haber hecho nada malo. Guardo esa película en un cajón al que no doy mucho uso, al principio la tenía todos los días en mis manos y pensaba que no todo había acabado, pero ya no puedo verla. Sé que está ahí, pero no puedo abrir ese cajón, porque al hacerlo también dejo abierta la puerta de esos recuerdos. Ese día me despedí de él con una sonrisa y un pacto, dejar de hablarnos hasta pasados unos días, ese día volvía a casa con una sonrisa sin saber lo que se avecinaba, era feliz porque no se había acabado, de lo que no tenía ni idea era de que una semana después sería uno de los peores viernes de mi vida. Desde el 24 de mayo, Blade Runner no es para mí sólo una película.

"Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final". Harry Mulisch.
"Desde el comienzo puede asegurarse el fin". Quintiliano.

El tiempo ha hablado, y, por mucho que me pese, creo que en esta ocasión tiene razón Quintiliano.


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