viernes, 10 de agosto de 2012

Click (I)

Desde el  mismo momento en que cruzaron sus mensajes, algo hizo click. Ambos se dieron cuenta, del mismo modo que fueron conscientes de que las cosas no iban a seguir como hasta entonces para ninguno de los dos.

Como la mayoría de las cosas en la vida, todo empezó por casualidad. Ella estaba buscando algo y él lo estaba vendiendo. No sé cuántos mensajes fueron, quizá diez, a lo sumo veinte. Sabía que volverían a escribirse. Él le dijo que le enviaría fotos del artículo esa misma noche, así que ella se fue tranquila a dar una vuelta con su novio. Cuando llegó la noche, ella recibió las fotos que él le había prometido, más de las que ella esperaba. Pero la verdad es que ella no le prestaba atención a las fotos, sólo quería seguir hablando con él... y así fue.

Serían más o menos las doce de la noche cuando empezó la conversación de verdad. Al principio sólo hablaron de hobbies, él le contó que de vez en cuando salía en bici con su chico, hablaron de frases típicas de las distintas ciudades de Andalucía, intercambiaron fotos, empezaron a tontear, a bromear sobre el trato que los puso en contacto. Ella siguió enseñándole fotos, él se las pedía, pero a ella le gustaba la curiosidad que él parecía sentir hacia ella. Él quería saber su edad, pero ella jugaba haciendo que la adivinara. Ella era una loca simpática con una sonrisa divertida, pero necesitaba que alguien se lo recordara de vez en cuando. Hablaron de géneros de cine, series, de sus respectivas situaciones sentimentales, ... Él la hizo reír como hacía mucho tiempo que no reía. Hablaron hasta las cinco de la madrugada... y luego por la mañana, cuando ella volvió de trabajar, siguieron bromeando, riendo, charlando de cosas sin importancia, dejando que ese click siguiera su curso...


George Herbert dijo:
"¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?".


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