miércoles, 15 de agosto de 2012

Una historia de tantas


Me miras, sonríes y no sé si acercarme...quisiera desnudar tu pensamiento y lograr entenderlo. Estoy a tres segundos de rozarme con tu mano, pero no debo, no puedo ni sé ya lo que quiero... quisiera que ya fuese mañana y saber si me besaste. Estoy a tres segundos de rozarme con tus labios, pero no debo, no puedo, ni sé ya lo que quiero...Podría permanecer despierta sólo por escuchar tu respiración, mirar tu sonrisa mientras duermes, mientras estás lejos soñando. Podría pasar mi vida en este dulce amanecer, estar perdida en este instante para siempre, donde cada momento que paso contigo es un tesoro. No quiero cerrar mis ojos, no quiero dormir porque te echaría de menos y no quiero perderme nada. Me persigues en la sombra tú, ¿de dónde sales tú? ¿de dónde llegas y me atacas? ¿de dónde puede tu mirada hipnotizarme y elevarme...? Contigo todo va bien, me fortaleces la fe, haces eterno el momento de amarte a cada instante, sí,... y a cada hora. Y me conoces más que nadie, pero me haces vulnerable....

Sé que no quieres pensar en lo que va a pasar, cómo vamos a estar...Sé que ya no soy nada, un fallo en la ecuación, ya no sé lo que soy...y no sé cómo salir de esta situación. Por creer, por confiarme, por seguirte voy sin dirección, sé que nuestro camino hoy se parte en dos. Por el amor que no compartes, por el dolor al que no guardo rencor, ahora siento que llego tarde a tu corazón. Por callar, por no dañarte y no enseñarte de mí lo peor. ¿Por qué me dices esas cosas que me duelen?...Nada es lo que sueles decir, yo todo te lo quiero contar, nada nos espera después, sólo soledad.

Si me lo hubieran contado no me lo hubiera creído, que iban a estar separados y cada cual por su lado, corazón, tu cariño y el mío. Fuimos dos en uno y de aquello, mi vida, ninguno se quiere acordar. Cada cual por su camino, aumentando la distancia morimos poquito a poco, los dos sin darle importancia como si fuéramos locos. Hoy me he levantado y el dolor me ha apretado los dientes, de repente he caído en la cuenta de que no estás tú, me volví a la cama y apagué la luz. Hoy me he vuelto a despertar sin ti, puedo acostumbrarme, lo que peor llevo es el olor que en mi alma dejaste. Quién me iba a decir que sin ti no sé vivir, y ahora que no estás aquí me doy cuenta cuánta falta me haces. Porque nunca habrá nadie que pueda llenar el vacío que dejaste en mí, has cambiado mi vida, me has hecho crecer y es que no soy la misma de ayer...un día es un siglo sin ti.

No puedo seguir, no quiero fingir, aún me haces sentir pero no puedo evitar tanto llorar. Somos lo que fue, fuimos lo que ya no es, vivimos del ayer. De vez en cuando me siento un poco sola y tú nunca vuelves, de vez en cuando estoy un poco cansada de oír el sonido de mis lágrimas, de vez en cuando me siento un poco asustada y entonces veo la mirada de tus ojos. De vez en cuando me siento un poco enfadada y sé que tengo que sacarlo fuera y llorar. Hubo un tiempo en que me estaba enamorando pero ahora sólo me hago pedazos, no hay nada que pueda hacer.

No quiero perder la razón mirando a cada instante a mi alrededor, sabiendo que no llamarás ni te cruzarás, que no mirarás, que no vas a estar. Pero es que es tan fácil pensar que cierta tarde tonta nos podemos cruzar... Te he echado de menos todo este tiempo, he pensado en tu sonrisa y en tu forma de hablar, he soñado el momento de verte aquí a mi lado dejándote llevar. Me quedaré con muchas ganas de verte, vacía y sin aliento, estaré a punto de encontrarte cuando se acabe el tiempo. Volveré cuando no quede nadie a ver si están los restos de quién fui, pero esa nunca vuelve. Se nos cambia la mirada cada vez que se nos rompe el alma, se nos quitan todas las ganas, siempre esperamos que llegue mañana. Y la melancolía me ataca por la espalda y de pronto me pongo a pensar que si nos quedara poco tiempo, si mañana acaban nuestras vidas y si no te he dicho suficiente que te adoro con la vida. La tarde muere lento y las horas me consumen, estoy ansiosa por volverte a ver. No puedo comprenderlo. Nadie sabe en realidad que es lo que tiene hasta que enfrenta el miedo de perderlo para siempre.

Seguro que te suenan las frases que he escrito. Están escondidas en las canciones que escuchas día a día. Algunas te serán más familiares que otras, yo, simplemente te hablo de las que me producen un pellizco al oírlas. Hay muchas más, pero tendré que dejarlo para más adelante.
Rafael Alberti escribió: "Tú no te irás, mi amor, y si te fueras, aún yéndote, mi amor, jamás te irías".





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta que me escribas, sigue haciéndolo. Gracias =)